Este es un mini-álbum tributo a Syd Barrett, fundador del grupo Pink Floyd y héroe psicodélico de los años finales de aquella gloriosa década de 1960, cuya experimentación con LSD le llevó a mundos muy lejanos de los que probablemente no regresó jamás hasta la fecha de su muerte, hacen ya 15 años.
La influencia de Barrett es notoria en muchos de los cambios que se produjeron en la música pop-rock.
Los mismísimos Beatles bebieron de sus ideas mientras grababan su mítico Sgt. Pepper’s en un estudio contiguo de la propia EMI, discográfica que compartían con Pink Floyd y otras importantes bandas de la época.
Durante años canté las canciones de Barrett; algo poco habitual en mí, dado que dispongo de escaso tiempo para tocar música que no sea de mi cosecha.
Y no descarto la posibilidad de seguir grabando algunas de sus canciones para futuras ediciones.
Muchos amigos, músicos y oyentes me dijeron y dicen que mi voz es casi idéntica a la de Barrett, aunque no era él precisamente un buen cantante. Así que no sé si tomarme esto como un halago o una crítica.
No obstante, escuchar o cantar Barrett es más que hacer música: es entrar en otra dimensión, en otros sectores de la mente cósmica que nos transportan a mundos más allá de lo consciente.
Es esa apertura de conciencia de la que tanto hablan los grandes místicos y meditadores y la cual Barrett llegó a arañar pero alcanzándola a través de medios artificiales que le dañaron irremediablemente su cerebro, aunque esa entrega, ese sacrificio sirvieran en parte para cambiar algunos aspectos de la historia de nuestra más reciente música contemporánea.
Va aquí para escuchar el álbum: https://www.youtube.com/watch?v=v8lSniZYtuc
