Desde muy joven me sentí atraído por la mandolina. Es un instrumento mágico, de una sonoridad única que disfrutaba sobre todo escuchándola en algunas obras de Antonio Vivaldi.
Gracias a una familia de luthiers ucranianos logré que me construyeran una mandolina y una balalaika casi a medida de lo que deseaba.
Pero faltaba lo principal. Yo nunca había tocado ni mandolina ni balalaika.
Compré libros para empezar a estudiar ambos instrumentos y me pasaba horas practicando y cambiando las afinaciones.
Supongo que hice barbaridades desde el punto de vista musical tradicional, pero igual me lancé a tocar y a después grabar ideas que se me iban ocurriendo.
A mis 20 y pocos años ya había compuesto algunas cosas que no tenían valor musical pero que me motivaban para seguir avanzando.
Más tarde, alrededor de mis 30 años compuse una pieza inspirada en ese amigo invisible que tienen todos los niños. Ese ser que desde otra dimensión se comunicó con nosotros y nos hizo compañía en nuestros momentos de soledad durante aquellos primeros años de vida.
Aquí va, pues, la segunda parte de lo que compuse sobre El Amigo Invisible, combinando guitarra clásica con mandolina y otros instrumentos.
Link: https://www.youtube.com/watch?v=g4Kj5JZCsY0&ab_channel=GuillermoCazenaveOficial
Link: https://www.youtube.com/watch?v=g4Kj5JZCsY0&ab_channel=GuillermoCazenaveOficial