El Coronel Olivencia, padre de mi tatarabuelo, nacido en el mismo pueblo y época que el Libertador argentino José de San Martín, a cuyas órdenes combatió dos veces, es uno de mis ancestros argentinos más antiguos.
Impresionante currículum de combates y guerras a bayonetazo limpio de este pariente materno a quien me hubiera gustado conocer.
Combatió en las batallas de Tacuarí -9 de marzo de 1811- (al mando del General Belgrano), en Las Piedras -Mayo 18 de 1811- (donde un bayonetazo le hirió una de sus manos), en Sipe-Sipe -13 de agosto de 1811-, en Cerrito -31 de diciembre de 1812-, en la toma de Montevideo -23 de junio de 1814- (a las órdenes de Carlos de Alvear), en la batalla del Puesto del Marqués -17 de abril de 1815- (al mando de José Rondeau), en el combate de Venta y Media -29 de octubre de 1815-, en la batalla del Rincón de Marlopa -3 de abril de 1821- (Guerra Civil Argentina), y también de muy joven, y a sus 17 años de edad, como abanderado del coronel Cornelio Saavedra tras el triunfo en las Segundas Invasiones Inglesas -1807- (a las órdenes de Santiago de Liniers en el Regimiento de Patricios y colaborando en el Tercio de Miñones Catalanes al mando de Jaume Nadal i Guarda defendiendo el Puerto de Buenos Aires frente a las tropas británicas).
Combatió en lo que hoy son Argentina, Uruguay, Paraguay y Perú, especialmente frente a lo que se llamaba “El Ejército Realista”, de la entonces corona española.
En 1816 se instaló en Tucumán (norte de Argentina) donde se casó el 9 de julio de dicho año (día de la independencia argentina) con Magdalena Terry, celebrando ambos acontecimientos durante aquella noche.
Poco tiempo después las tropas del caudillo Facundo Quiroga invadieron Tucumán y su casa fue saqueada e incendiada, perdiendo Olivencia todas sus pertenencias y condecoraciones de la época.
Olivencia cayó en un estado de depresión debido a la guerra civil argentina y se dedicó al comercio aunque fracasando en todos sus intentos.
En 1857 se trasladó a la provincia de Entre Ríos, donde trabajó de labrador siendo muy mayor en edad y ya casi sin fuerzas.
El presidente argentino de entonces, Justo J. de Urquiza, se enteró de su situación y lo nombró Héroe de la Independencia Argentina, concediéndole una pensión vitalicia de 87 patacones mensuales.
Esto le permitió regresar a Buenos Aires en 1864, donde residió hasta su muerte, en 1869.
Cornelio Olivencia falleció a los 81 años sin ningún patrimonio personal.